
Cientos de taúllas están sembradas en la toda la Vega Baja, con los problemas medioambientales que eso conlleva. Por ello nos hemos dirigido al Ayuntamiento de Santomera, para que nos diga su postura al respecto y se posicione respecto a lo que puede hacer para cuidar a su vecindario.
Os adjuntamos a continuación la carta que hemos metido hoy, día 6 de agosto de 2013, por registro dirigida al alcalde Jose María Sánchez Artés.
Asunto: DECLARACIÓN
INSTITUCIONAL DE
SANTOMERA COMO “ZONA
LIBRE DE TRANSGÉNICOS”
Estimado Sr. Alcalde:

alimentación. La única
forma para las regiones o municipios de preservar su agricultura y su
entorno frente a los riesgos de estos cultivos es declararse ZONA
LIBRE DE TRANSGÉNICOS.
Todas las encuestas de
opinión muestran el claro rechazo social hacia la introducción de
los
transgénicos en nuestra
agricultura y alimentación. Así se confirma en la Declaración
contra la introducción de los transgénicos y a favor de enfoques
agrícolas sostenibles firmada por más de 450 investigadores y
representantes de sindicatos, organizaciones de consumidores, de
agricultores, ecologistas, y una amplia representación de la
sociedad civil.
Y es un rechazo claro,
porque los transgénicos suponen una grave amenaza para un modelo de
agricultura y alimentación más sostenible, enfocado a producir
alimentos de calidad de un modo respetuoso con el medio ambiente.
Allí donde se está extendiendo el cultivo de transgénicos, la
agricultura ecológica está en retroceso, ya que los agricultores
ecológicos se ven indefensos ante la contaminación genética de sus
cultivos, que les supone graves pérdidas económicas.
Diez años después de
su introducción en los mercados, las grandes promesas de los
cultivos
transgénicos están muy
lejos de hacerse realidad. No han aumentado el rendimiento de los
cultivos, ni han mejorado la calidad de los alimentos, ni benefician
al medio ambiente, ni han contribuido a solucionar el problema del
hambre en el mundo. Por el contrario, en los principales países
productores están apareciendo ya problemas agronómicos relacionados
con este tipo de cultivos, se están agudizando los problemas
ambientales como el abuso de pesticidas y empeoran las situaciones de
pobreza, injusticia y exclusión social.
A nivel europeo, en 1998
se paralizaron los cultivos, y se levantó esa prohibición en el
2004.
En el caso de Europa,
Francia, Austria, Polonia y hasta 8 países, han prohibido el cultivo
del maíz transgénico MON810 de Monsanto hasta conocer los estudios
encargados por la Comisión Europea, con el argumento de “proteger
el medio ambiente”.
Sin embargo, España
sigue siendo el único país de la Unión Europea que cultiva
transgénicos a escala comercial. Se permite el cultivo de maíz
transgénico desde 1998. Desde entonces se han cultivado en suelo
español variedades como el Bt 176, y el MON 810.
La superficie de cultivo
de maíz transgénico en España se incremento un 19 % durante el
2012 según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio
Ambiente (MAGRAMA). Según este, la superficie de cultivo de maíz
transgénico en España para este año, que sería de 116.306
hectáreas, lo que supondría un incremento del 19 % con respecto a
2011. Es, sin duda, una cifra alarmante.
También se está
sembrando en nuestros campos cultivos experimentales (tabaco, colza,
remolacha, otros eventos de maíz, etc.). Un ejemplo es el
MON810XNK603, estudiado por el Gobierno austriaco y dando como
resultado problemas de fertilidad en ratones alimentados con
ese maíz.
Dentro de este contexto,
consideramos que con el fin de proteger nuestra cultura, nuestro
medio ambiente, la economía local, una producción agraria de
calidad y la salud de la ciudadanía, los municipios y regiones deben
tener el derecho a decidir si los transgénicos pueden o no ser
cultivados en su territorio.
El cultivo de
transgénicos tiene, sobre la población expuesta a estos cultivos,
los siguientes efectos sobre la salud:
1. Aparición de nuevas
alergias por introducción de nuevas proteínas en los alimentos.
En EEUU, en el conocido caso del Maíz Starlink (2000) se encontraron
en la cadena alimentaria trazas de un maíz transgénico no
autorizado para consumo humano que provocó graves problemas de
reacciones alérgicas.
2. Aparición de
resistencias a antibióticos en bacterias patógenas para el
ser humano (en algunos OMG se utilizan genes antibióticos como
marcadores). Es decir, algunos transgénicos pueden transferir a las
bacterias la resistencia a determinados antibióticos que se utilizan
para luchar contra enfermedades tanto humanas como animales (por
ejemplo, a la amoxicilina). La Asociación de Médicos Británica ha
recomendado prohibir el uso de estos genes marcadores.
3. Aparición de nuevos
tóxicos en los alimentos (debido a los cultivos Bt o a las
proteínas que se utilizan como marcadores en los OMG).
4. Incremento de la
contaminación en los alimentos por un mayor uso de productos
químicos en la agricultura.
5. Disminución en la
capacidad de fertilidad. Según un estudio hecho público por el
gobierno austriaco, la fertilidad de los ratones alimentados con maíz
modificado genéticamente se vio seriamente dañada, con una
descendencia menor que los ratones alimentados con maíz
convencional.
Es por lo tanto de gran
importancia la declaración de zonas libres de transgénicos, con el
objetivo de presionar para que estos cultivos sean regulados de
acuerdo con el principio de precaución y el respeto al criterio y la
voluntad de la ciudadanía.
Por todo ello,
SOLICITAMOS:
al Ayuntamiento de Santomera que nos
informe de su posición sobre este asunto e inicie los trámites
oportunos para que se
declare MUNICIPIO LIBRE DE TRANSGÉNICOS. Desde Innuendo y
Ecologistas en Acción, estamos a su disposición para enviarles más
información o mantener una reunión con ustedes sobre este tema.
E-mail: asociacioninnuedo@gmail.com
En espera de su respuesta, le saluda
atentamente,
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